jueves, 4 de enero de 2024

INVASIÓN DE CALLES: camiones furgones, grúas plataforma, taxis y vehículos de clientes de galerías comerciales ferreteras, ingresan indebidamente a las calles de las urbanizaciones de Surquillo.

¡Qué triste ver cómo nuestra residencialidad se desvanece ante nuestros ojos! ¿Quién puede disfrutar de la paz y tranquilidad que alguna vez fuimos afortunados de tener? Las calles, en lugar de ser refugios tranquilos, se han convertido en patios de maniobras para camiones furgones y traslado de material en carretillas por parte de estibadores. Es inadmisible que los propietarios de las urbanizaciones y condominios sufran las consecuencias de este nuevo caos urbano.
¿Acaso elegimos vivir en medio de un pandemonio? ¡Qué absurdo! Y la vía pública, el sector residencial y la urbanización, se ha convertido en un espacio para almacenes clandestinos de materiales ferreteros; luminotécnicos y eléctricos, altamente inflamables. Parece más una escena de una película de contrabando que el vecindario tranquilo que solíamos tener. ¿No hay límites para esta invasión de desorden y caos? No podemos permitir que nuestra preciada residencialidad se disipe mientras observamos impotentes cómo los alrededores se transforman en un centro de esparcimiento para "taxistas chacoteros", "remisseros haraganes", que llegan a darse una siesta, así como toda clase de vehículos utilitarios de uso evidentemente comercial, cuyos "choferes chabacanos y socarrones" se estacionan en zona rígida, desde las 11:45 de la mañana hasta pasada las 4:45 de la tarde.
¡Ya es suficiente! La municipalidad debe dejar de dar vueltas en círculos y tomar medidas concretas para devolvernos la paz que merecemos. ¿Acaso pagamos impuesto predial y arbitrios para que nuestras calles se conviertan en campos de desembarcos logísticos y cabotaje terrestre ferretero en container? Exigimos acciones serias y efectivas para poner fin a esta invasión vehicular y restaurar la serenidad de nuestras urbanizaciones y condominios. La municipalidad debe dejar de mirar hacia otro lado y enfrentar de una vez por todas este problema. ¡Queremos soluciones, no excusas! ¡Recuperemos nuestra residencialidad antes de que sea demasiado tarde!
La alternativa de solución: